Sustentabilidad

REPI promueve el desarrollo sostenible para proteger el territorio y las generaciones futuras ofreciendo soluciones que favorezcan el uso de plásticos reciclados.

Responsabilidad Social

Para REPI el desarrollo solo es posible si es sostenible en el tiempo. Esto significa, para REPI, tener especial atención y sensibilidad en sus elecciones comerciales y reconocer la necesidad de una evolución continua y el logro de objetivos que protejan y mejoren el mundo en el que vivimos hoy y que dejaremos a nuestros hijos mañana.

El GRUPO REPI se compromete a gestionar sus plantas en pleno cumplimiento de la normativa vigente en materia de protección medioambiental, minimizando el consumo energético y luchando contra el despilfarro de recursos. En el interior de las plantas de REPI se realiza una rigurosa recogida de residuos, para que no se pierda nada que sea reciclable. Las oficinas de REPI también están comprometidas con promover la educación cívica para los estudiantes de su área, que serán los adultos del mañana.

La tecnología líquida de REPI para el desarrollo sostenible

REPI promueve el desarrollo sostenible para proteger su territorio y las generaciones futuras ofreciendo soluciones que favorezcan el uso de plásticos reciclados. La tecnología de colorantes líquidos y aditivos puede definirse sin duda como una tecnología sostenible, porque aporta una contribución limitada a las emisiones de CO2 (Huella de Carbono) en todo su ciclo de vida y en cualquier caso inferior a las tecnologías tradicionales utilizadas para la producción de masterbatches sólidos de color. plásticos y poliuretanos.

A partir del know-how de REPI, en 2019 se creó la marca REFIT que representa la visión del Grupo sobre cómo integrar la tecnología en la sostenibilidad. REFIT se basa en un enfoque integral del tema de la economía circular, que tiene como principal objetivo la reducción de la Huella de Carbono de todas nuestras actividades. Solo manteniendo estos datos bajo control será posible lograr una economía que sea avanzada y sostenible al mismo tiempo. REFIT involucra los procesos de producción internos de los sitios de REPI y una gama de soluciones que facilitan y apoyan el uso de polímeros reciclados.
El menor impacto ambiental de la tecnología líquida en comparación con la tecnología MB sólida se puede encontrar en todas las fases del ciclo de vida del color / aditivo, como se muestra a continuación.

En cada paso del ciclo de vida de la tecnología líquida se puede demostrar un menor impacto ambiental, principalmente por las siguientes razones:

  • La tecnología de fabricación necesita mucha menos energía, ya que no necesita altas temperaturas y, por tanto, es amigable con el medio ambiente.
  • La alta concentración y poder colorante del colorante líquido frente a un masterbatch sólido. Esto implica el uso de menos cantidades de materias primas, el transporte y almacenamiento de volúmenes reducidos y el uso de menos producto por parte del consumidor.

REPI apoya activamente el uso de polímeros reciclados para una variedad de aplicaciones, en primer lugar los envases de plástico, pero no solo: para PU y TPU reciclados REPI ofrece también aditivos que facilitan su recuperación y reutilización para que no se desperdicien recursos.

¿Qué significa pasar de una economía lineal a una economía circular?

El modelo de crecimiento económico que ha caracterizado a la economía mundial en el último siglo se define como una "economía lineal", una economía de mercado basada en la extracción de materias primas, en la producción y consumo masivo y en la eliminación de residuos una vez finalizada la vida útil del producto.

El incesante flujo de extracción y disposición, costoso y ineficiente, es una de las principales causas de fenómenos como la emisión de gases de efecto invernadero, la contaminación marina y terrestre y el consiguiente cambio climático, además de tener implicaciones para el equilibrio geopolítico global.

La implementación de un modelo de desarrollo alternativo es necesaria y deseable: la valorización de los residuos de consumo, la extensión del ciclo de vida del producto, el uso de materias primas recicladas, el uso de energía de fuentes renovables, son capaces de desencadenar una forma responsable de producir y consumir, que mejora las condiciones ambientales de nuestro planeta y la vida de sus habitantes.

La alternativa desarrollada por pensadores ilustres como físicos, economistas, arquitectos y diseñadores es la de un nuevo modelo más sostenible llamado "economía circular". Un sistema económico diseñado para poder regenerarse, donde los flujos de materiales se dividen en dos tipos:

  • Residuos biológicos, susceptibles de reintegrarse a la biosfera;
  • Residuos técnicos, destinados a revalorizarse sin entrar a la biosfera.

Esta definición proviene de la Fundación Ellen MacArthur, una de las empresas más activas en impulsar este modelo de desarrollo, que ha estimado que la economía circular puede generar un beneficio económico de 1.800 billones de euros en 2030, también puede dar un impulso al PIB en otros 7 puntos porcentuales, puede crear nuevos puestos de trabajo y aumentar la productividad anual de los recursos en un 3%.

La economía circular se basa en tres principios:

  • Reducir los envases de productos, reducir el desperdicio de materias primas, así como las cantidades de productos y materiales que quedan sin usar y que se desechan sin siquiera ser utilizados;
  • Reutilizar lo que tiramos y reintroducirlo en los ciclos de producción, alargando así el ciclo de vida de los bienes;
  • Reciclar las sobras y los residuos no utilizables, de forma que se recuperen materiales, para crear nuevos productos, evitando así eel desperdicio de recursos y reduciendo la cantidad total de residuos destinados a vertederos.

Es precisamente en torno a estos tres aspectos que las economías mundiales están construyendo un nuevo paradigma de sostenibilidad, innovación y competitividad, en un escenario en el que incluso los residuos pasan de ser un problema a un recurso.

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